ECONOMICAS
Ubicación: CABA, Argentina.
La inserción de un nuevo Edificio de carácter emblemático en el centro de la Ciudad plantea una doble condición de imagen. A la necesaria expresión del programa contenido debe sumarse una clara contribución calificadora del espacio urbano preexistente. El conjunto universitario central, determinado por el foco de plaza Houssay y configurado en sus bordes por las Facultades de Ciencias Económicas, Medicina y el Hospital San Martín, y en menor medida por la actual sede de Ciencias Sociales, reconoce el terreno de intervención como una oportunidad de recalificación. La primacía del tejido que caracteriza el área, su densidad y continuidad, requieren más que de una acción de implantación objetual, una inserción reparadora en completamiento, que colabore a la definición de este escenario macro.
En el contexto micro, la contigüidad del Edificio histórico, introduce la discusión acerca de cómo relacionar patrimonio pasado y patrimonio futuro. Coherentemente con la estrategia de completamiento, lo nuevo surge como relectura contemporánea de lo viejo, acompañando y al mismo tiempo definiendo su individualidad. Los fundamentos de la propuesta, relación masa construida – vacíos, disposición en claustro, alturas y trazados geométricos, etc., son categorías de asociación con la preexistencia, de reelaboración y no de mimesis. El Edificio propuesto aspira a construir un nuevo patrimonio, capaz de dar cuenta de su propio tiempo. Resuelve esta aparente dualidad relacionando sin copiar, diferenciando sin oponer.
El Edificio adquiere en consecuencia una configuración prismática, acotada y pregnante, capaz de recortarse individualmente al tiempo de recomponer el continuum urbano. Una envolvente externa apenas calada, separando de los ruidos y las orientaciones exigentes, contrasta con una piel interna transparente, abierta al pasaje fuelle y al patio, dominando un paisaje propio.El prisma está trabajado mediante una serie de operaciones de estratificación y sustracción. La transición entre las escalas urbana y edilicia, desde el flujo de los corredores urbanos hacia la introspección del programa, se da por una secuencia espacial que sirve a la vez de tamiz con las preexistencias. Este recorrido de reconocimiento parte del pasaje fuelle, accede al vacío central y desde él a la terraza mirador. Ésta aparece como caladura manifiesta al exterior, punto de reencuentro y tensión entre la espacialidad interna ceñida y el paisaje urbano extendido.